lunes, 29 de agosto de 2016

Duele...

Duele cuando se marcha un compañero, un amigo, un familiar... Duele. 
La vida y su manía de arrebatarnos lo que más amamos. Pero aún así se apiada, quiere que en el corazón sigan esas historias que vivimos con ellos; los recuerdos. De esta manera es algo más llevadero ésto de la muerte. Aunque el dolor, al recordar, jamás se irá. Porque nos faltará su compañía, su dulce voz, sus caricias y el simple "buenos días" de esa persona que de una u otra forma nos dio vida. 
Esa vida que se apagó para siempre, pero que en el corazón permanecerá encendida eternamente.