domingo, 7 de mayo de 2017

Pero ya no

Es cerrar los ojos y sin preguntar construyó para mí árboles infinitos, noté que en mis pies descalzos brotaba la hierba fresca, a lo lejos comenzaban el cantar de los pájaros junto con el caudal del río; una bella sinfonía que también me regaló. Sólo los rayos del sol fueron capaces de atravesar el frío y solitario bosque, donde yo me encontré en medio de su absoluta inmensidad. 

Aunque siguió haciéndome algunas jugadas, sabe perfectamente a dónde quiero que me lleve. Por eso obró este impresionante laberinto.

Me conoce. Es consciente de mis emociones, percibe cómo me siento. Sabe que necesité estar aquí y ahora. En un pasado hubiera viajado al peor sitio del mundo para evadirme de él, ya que nunca supe enfrentarme y si lo hacía siempre caía en la cruzada. Pero ya no. Ya no dejo que mi mente manipule mis sueños.