Tengo demasiada fe en la vida porque sé que en ella estás tú.
Te siento.
Te pienso.
Te quiero.
No pararé hasta encontrarte y que fugazmente crucemos la mirada. Contemplaré por unos segundos tus ojos, tiempo suficiente para perderme en ellos. Ya nunca querré salir de tus pupilas. Entonces será cuando cierre los míos y una sonrisa tonta se dibuje en mis labios. En tu corazón sentirás un pellizco sin dolor.
Te sueño.
Te deseo.
Te anhelo.