Escuché el final de la mejor canción de amor, cuando su corazón dio el último latido.
A oscuras, debido a que la luz se apagó cuando cerré sus ojos, un río de lágrimas enloquecidas vagaron sin rumbo por mis mejillas, y por el bello rostro del hombre que yacía entre mis brazos.
Mi vida, te fuiste... y yo, marché contigo.
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