Hace tiempo que el señor bolígrafo me hace ojitos sin decirme nada, pero sé de muy buena letra lo que quiere. Echa de menos sentir su tinta deslizándose por el papel blanco, le gusta tanto hacerle cosquillas a su amigo el señor folio... Los dos fueron inseparables hasta que dejé de escribir.
Siento su tristeza muy adentro porque le entiendo. Si a mí me pasa lo mismo. También echo de menos jugar con ellos. ¿Pero qué le hago?
Él sabe perfectamente que odio malgastar su color azul y que detesto horriblemente crearle tachones a una hoja en blanco. Por eso le digo que prefiero aguantar. Porque la señora inspiración me dijo que volverá de su viaje a no sé dónde. Los dos deseamos que no tarde demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario