domingo, 14 de abril de 2013

Laberinto de tinta

Lo se, cariño. Se que esto no me va a doler más que a ti, así son los sentimientos de traidores. Hoy eres el hombre de mi vida; mañana, Dios sabrá. He llegado al límite. Mi corazón me dice que no late por ti, no quiere seguir amándote. ¿Y qué pude hacer yo? Es verdad... no luché contra su voluntad lo suficiente y al final, me obligó a no quererte.   

Son tantos años juntos, cielo, que no quisiera recordar en toda mi vida. Te digo que no soy feliz. ¿Acostumbrarme a estar sin ti? es imposible. Me entrego a mis impulsos cuando nuestras lenguas juegan a darse caricias. Soy adicta a tus besos.


No tengo la culpa si apenas entiendes estas letras escrita en este trozo de papel medio mojado. Las lágrimas hacen que vea borroso, ¿No me dejaran seguir escribiendo lo que tengo que decirte?. Algún río de tinta seguramente encuentres. Puede hasta que entremezcle en estas palabras algo que jamás quise yo decir. 


¡Espera amor mio! Me di cuenta tarde y estás desperdiciando tus lágrimas leyendo estas malditas lineas. Deja un momento el orgullo a un lado, no sé porqué estás enfadado. Pero por favor, hazme caso. Con tu dedo índice recoge suavemente esas gotitas que fluyen por tu suave mejilla y pósala en cada "no" que encuentres en esta carta. Leerás, sin duda mi vida, el verdadero mensaje que esconde este laberinto de tinta.  


No te quiero, Salomé. 







jueves, 17 de enero de 2013

2 / 2 / 2013

Seguramente la mayoría de quiénes lean estas líneas, al terminar dirán que estoy loca, lo sé. Pero cómo dijo Marguerite Yourcenar: <<El amor y la locura son los motores que hacen andar la vida>>
Estoy sintiendo ese cosquilleo de mariposas excitadas revoloteando por todo mi cuerpo. No me están dejando escribir. Es la misma sensación que tuve al contar en hojas atrás, en las que conocí a el hombre de mi vida. Se mantienen más quietos los flanes, que estos malditos insectos en mi estómago. Y con el permiso de estos invasores impetuosos, cuento algo muy importante para mi.  
Ganas, alegría, ilusión, sueños... el mayor conjunto de emociones que ha sentido mi corazón cuando por fin,  he comprado el billete de ida a Badajoz. El día dos de febrero comenzamos mi chico y yo una vida juntos.



miércoles, 2 de enero de 2013

¿Lo mejor del 2012?

No quiero hacer una "reflexión" del año 2012, porque al final sé que todo sigue igual. Pero mi mente maquiavélica por cojones se salió con la suya. 
Escuchando música, relajada y tirada en la cama de repente, una vocecilla muy familiar interrumpe la canción con esa pregunta típica que se hace todo el mundo, cuando se termina el año.  

- Oye Vero, si tuvieras que elegir, ¿Qué sería lo mejor que te ha pasado este año?  

- Vaya, tuvo que joder la canción de Korn la maldita conciencia. Con lo tranquila que estoy a mi royo... 

Me siento en el filo de la cama, miro a mi alrededor y veo los peluches, el armario, la estantería llena de libros y películas, el escritorio... lo que decía, todo sigue igual, no ha cambiado nada. Pero, en la estantería si que hay algo nuevo. Nuestra fotografía. 
Al instante, los recuerdos de esos días de vacaciones que cogí para ir a verle, pasan como diapositivas ante mis ojos apunto de estallar por las lágrimas, pero sin dejar de sonreír. 
Reconstruyo en mi mente; cuando nos abrazamos y me susurra al oído 'te quiero', los largos paseos por la noche con el frío invierno, esa mirada donde me encanta perderme, los dos juntos sentados en el sofá con el calor del brasero y el de sus besos... 
Me acerco a coger el cuadro y acaricio nuestro retrato como si de su piel se tratara, suavemente. No puedo evitar emocionarme al vernos juntos y preguntar cuándo volveremos a estarlo de nuevo. 

- Creo que está claro qué ha sido lo mejor para mi.