Aroma al mar, expandida por todo este embarcadero vacío. El último barco en partir, lo veo a lo lejos sin capitán. Es el viento quien manipula el rumbo a su merced, sin valorar la tripulación. Y observo con tristeza en la mirada, esa tempestad que somete al pobre marino sin poder defenderse.
No cabe duda, se protege de todo mal; sin éxito.
Llueve tan fuerte, igual que gotean mis ojos con sabor amargo. Porque ese barquito de papel se hunde, con mis sentimientos subidos en el.
Hace ya tiempo que no te comento por aqui y no hace falta decir que me gusta muchisimo lo que escribes. sique asi porque vales mucho un beso guapa
ResponderEliminar¡Muchas gracias Rafa!
EliminarTu sabes que siempre, cuando puedas, eres bienvenido a este rinconcito.
¡Un besazo!