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miércoles, 5 de julio de 2017

Inspiración callejera

Es lo que tiene hacerte esperar el autobús, que miras ese escaparate de la librería que tienes detrás y observas montones de títulos de libros. Autores conocidos, otros menos... pero pongo la mano en el fuego que todos sintieron, parieron con la misma ilusión; esa de haber creado algo tan maravilloso. Criaturas llenas de vida. 



" Mi chica revolucionaria:
ahora que la vida, 
en esta noche, en este mundo... 
mi silencio habla de ti. 

Amor, ese viejo neón, 
fe ciega, 
el poder del desorden...
La arquitectura de la felicidad.

Sin querer,
todo lo que fuimos ahora es polvo.

La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida,
con tal de verte volar.

Terminamos, y otros poemas sin terminar". 





lunes, 11 de julio de 2016

De ésta manera hasta el final.

Tú, que miras por la ventana pasar el paisaje mientras cae un par de gotas por tu mejilla como quien ve su vida pasar, no temas. Aquí estaré para protegerte de todos aquellos que intentan hundirte en lo más profundo. Te lo juro. No será fácil ya que nada lo es en este mundo, pero tú me importas demasiado y odio verte triste por esos motivos que rondan por tu mente. De sobra sabes que eres fuerte, sólo tienes que creer en ti. Abandonaremos juntos todo lo malo, pegaremos una patada bien fuerte a esas cosas que intentan dañarte y si lo hacen coseré tus heridas al instante para que cicatricen rápidamente, así volveremos a levantarnos para seguir el camino que siempre deseaste andar. De ésta manera hasta el final. Hasta que cierres los ojos eternamente y pueda decir yo, tu alma, que has vivido plenamente. Consiguiendo ser feliz contigo misma.



miércoles, 4 de noviembre de 2015

¡Dejadme equivocarme!

Ni pienso ser una madre perfecta, ni trabajadora que lo hace todo espectacular. Tampoco quiero saber cómo estar alegre y feliz siempre, sin tener que decir que paso de esos consejos malos para tener una vida perfecta. ¡No! ¡No lo quiero! Mi manera de hacer las cosas no serán las adecuadas para algunos y me da igual. Aprender de los errores es la mejor forma de vivir. No quiero que cuatro gatos expertos digan lo que tengo que hacer: si quiero reír, río, si quiero llorar, lloro, si tengo que sufrir, sufro y ya está. ¡Dejadme equivocarme!


sábado, 15 de marzo de 2014

Sed feliz

Queridos amigos y amigas. No hay ni un solo día que el sol deje de brillar. Aunque haya tormentas en invierno y aparentemente las nubes le cubran, al rato, o a los días e incluso pasando varias semanas, dichas nubes se esfuman y dejan al astro rey relucir hasta con más fuerza. 
Así que, si tenemos un día gris, no nos alarmemos. Los contratiempos, tarde o temprano, también tienen su fin. Y cuando esto ocurra, no olvidemos después deslumbrar con nuestra mayor sonrisa. Sed feliz. 



lunes, 2 de julio de 2012

Última parada, tus besos

- ¡Qué nervios! tengo tantas ganas de volver a verlo. ¿Qué hora es? ¿son ya las 10:15? vaya... todavía quedan unos cuatro minutos. 

Me siento en la parada, esperando a que llegue. Al lado mía, María, la pobre ya la tengo amargada. 

- Pero siéntate niño. ¡No veas! si lo llego a saber, no cogemos el autobús de esta hora. ¡Maldito momento que te dije de llegar tarde y tuviste que coger este bus! si lo llego a saber... 

- Anda ya - le contesté. Se que realmente estas muy contenta por verme tan feliz. ¿Verdad chocho?

María asintió con la cabeza y su enorme sonrisa. Esa mirada tan tierna y delicada me relaja tanto, menos mal que viene conmigo. Vemos pasar los coches, motos, peatones... ¡solo falta que pase ya el autobús!

- Dani, a tu izquierda.

Me levante de un golpe, ¡por fin vi el autobús!. Se paró en frente, se abrió las puertas... ¿No está?. Asombrados, María y yo nos miramos con la misma sensación. ¿Pero, dónde está? 

- ¿Subís o no? - Nos preguntó el conductor.

Sin decir ninguna palabra por la situación, el chófer cerró las puertas y se fue. 

- ¡Qué me ha dejado tirado, Mari! al final, a elegido a su mujer. - rompí a llorar, en los hombros de mi mejor amiga. 

- Cari, no te pongas así. Sabias que podía pasar. ¡Esta noche nos vamos de juerga! verás que encuentras un maromo mucho mejor. 

En ese mismo instante, un coche negro dio un frenazo al lado nuestra.  

- ¿Qué haces abrazada a mi chico, guarrilla? 

Al escuchar esa voz, asome la cabeza por la ventanilla. ¡Era el! tan guapo, su pelo moreno y esa camisa blanca marfil que tanto le favorece, la que le regalé. Pantalones negros marcando todo su señorío. ¡Hay madre mía! me lo comía ahí mismo.

- Subes o te quedas con ella. - volvió a gritar. 

-¡Voy! - agarré la mano a mi amiga, y ella, sin dejar de sonreír me dio su permiso para irme con el. 

- ¡Pasároslo bien! 

Me subo al coche. Despidiéndome de María le lancé un beso al aire, solo para ella. 

¡Me siento tan feliz! ya lo tengo a mi lado, puedo tocarle, acariciarle, sentirle... es lo que deseaba nada más conocerle. 
En la radio, una canción que me sonaba mucho. No me acuerdo si era por la primera vez que nos besamos o cuando me dijo que sentía algo por mi pero que era imposible.

- Fue cuando te dije que hay un sentimiento creciendo y era por tu culpa. ¿Ya no te acuerdas Dani? - Me dijo mientras conducía. 

- ¡Vaya! ¿pero cómo sabes lo que estoy pensando? - Le contesto atónito. - Pero que si me acuerdo, solo era para saber si te acordabas tú. 

Se quedó el coche en silencio, solo se oye la canción.

- Por cierto, ¿dónde vamos?

- Hoy eres mio, no te vas a escapar como otras veces. Ahora si que no tienes escusas. Nuestro pacto ya queda claro ¿no? 

¡Ahhh! mi corazón salta de alegría por mi, ya que no puedo. Recuerdo que estoy dentro del coche. Veo, que me lleva a un lugar que no conozco, nunca he estado aquí. Muchas naves de empresas enormes y solitarias. Solo falta la pelotilla del oeste para que sea igual que en las películas.

Entramos en una de esas naves a pie, el coche lo aparcamos afuera en la puerta. Todo a oscuras, ni una ráfaga de luz ni nada, muy tétrico. Pero, se percibe la figura de algo grande en medio de toda esa sala. 
Se acerca a no se donde, por que no veo en esta oscuridad y enciende de la nada unas pequeñas estrellas que se iluminan en el techo. Solo miro hacia arriba asombrado por tal belleza. 

- Ya que no puedo regalártelas, las traigo. Mira, ¿lo reconoces? 

Miro donde señala con el dedo. ¿Cuál es mi sorpresa? ese famoso autobús en lo cual, esta preciosa historia nace. Nos miramos y sin saber cómo, nuestros labios se encuentran por fin dando rienda suelta a todo este sentimiento que resurge entre nosotros.

En ese momento agarra mi mano para llevarme dentro del bus. Abrió las puertas y subimos. Se sienta en el asiento del piloto y yo, miro a donde sentarme pero, me paró. 

- ¡Oye! ¿A dónde vas? - guiñándome. 

En seguida le pillo la indirecta. Levanta el brazo y deja que me siente detrás de su asiento. 

- Pues, a donde me lleves tu guapetón. Pero te digo que no tengo ni un duro. 

- ¡Bueno! sin dinero no le puedo llevar a ningún sitio caballero. - criticó. - Pero, sin ser grosero, pienso que hay otras alternativa para pagar lo que me debería, si le dejo subir. 

- ¿Si? ¿Quieres qué...? 

No me deja terminar la frase. De un salto se puso enfrente y cerro mi boca con la suya. Su lengua juguetona con la mía, compiten para entregar el mejor de los besos. Ese sabor a dulce, a pasión. Saltan chispas dentro de este autobús. 

Poco a poco desabrocho cada botón de su camisa, mientras sin perder tiempo, arrebató mis pantalones dejándome en calzoncillos para acariciar todo mi ser. Su pecho descubierto y mis manos con un solo fin: saquear íntegro su cuerpo sin dejar un centímetro por explorar. 

Por culpa de los asientos, al ser tan estrechos, cada roce se hace más placentero. Noto su miembro, tan duro como el mío, roza mi trasero. Mientras con sus garras coge mi cuello para acercarse a mi oído:

- ¿Disfrutando del viaje señor? - Con voz de gozo.

- ¿Lo dudas?. - se escapa un ligero suspiro del gusto. - Creo que los dos estamos disfrutando de este recorrido por la ruta del placer. 

Me contesta dándome más caña a cada minuto. Los sillones son cómplices de este idilio y los utilizamos a merced de nuestra imaginación.

Se empaña los cristales. Nuestro aliento, cansado, pero satisfecho de recorrer esta excursión por cada zona del bus, junto a la persona que me hace vibrar, me hace feliz.

Nos sentamos al final del pasillo, terminamos el juego para tener un poco de descanso. Me echa el brazo por encima y sujeta con fuerza mi cintura, me mira a los ojos: 

- Me he dado cuenta. Lo que tenía con mi mujer era solo una tapadera y gracias a ti, ahora si digo que soy yo al cien por cien. Gracias Dani, por estar a mi lado. 

No le digo nada, un beso, lo dice todo. 

- Pero, hay algo que me dijiste hace un tiempo tu también, que no se si al final cumpliste o no. - Dice.

- ¿Algo de qué? - Contesto extrañado.

- ¿Al final tus padres ya saben lo que sientes?...  




miércoles, 30 de mayo de 2012

Pero lo elegiste tu

¿Por qué haces que en mis sueños siga recordándote?
Soñé de nuevo que me mentías, hiciste tu vida y otra persona esos te quiero le decías. Mi alma de pena se moría, esos celos extraños me envolvía. Mientras tu feliz, clavas la mirada revelando represalias hacia a mi. ¿Qué te hice si esto es lo que escogiste? 

Sí, me hice la fuerte para demostrar que no formas parte. Esos cachos partidos los volví a reponer justificando tu partida pero, de nada sirve si en esos pedazos todavía existen sentimientos y al volverlos a encajar florecen de nuevo, o eso creo. 

Se que te hecho de menos. No hay ningún día en el que esos momentos vividos contigo, hagan presencia en mis sueños. Y en cuanto despierto, lamento todo lo sucedido. 

Pero fuiste tu quien decidiste narrar la historia por separado. Ahora intentas volver a enlazar nuestros relatos. ¿Sabes? en lo único que no has fallado es que en mi cuento, sí narra que una joven ama a un muchacho que le partió el corazón, pero que gracias a eso ella, la chica, volvió a vivir. Y es cuando más feliz se encuentra a pesar que ese amor no lo olvida. 
Tengo muy claro que aunque te quiero, lo nuestro nunca funcionó. Y si volviéramos a retomar esa relación, seguro que ese hermoso final prometido jamás existirá. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Ser feliz y su consecuencia



No, no pienso rendirme tan fácilmente. Hay algo dentro de mi que puede con todo esto incluso con más. Así que te advierto; si pretendes hacerme daño, te responderé y no con un golpetazo.

La mayor de las fuerzas es mostrarle al enemigo (por mucho daño que haga) una sonrisa de oreja a oreja, demostrarle que eres feliz y que las personas que realmente te quieren son más importante que tu contrincante. Con solo eso, lo dejas K.O. y no sabrá como devolverte ese gran golpe. ¡Sed felices!


domingo, 25 de marzo de 2012

Ahora te toca a ti



Hoy os dejo que vuestra imaginación sea la única que escriba en mi blog. Cierra los ojos y deja que la música te lleve hasta la historia más bonita de la que puedas soñar. Ahora dime, ¿Hasta donde te lleva esta gran libertad?


viernes, 23 de marzo de 2012

En el silencio


Otro día igual, la misma hora... el mismo sitio... pero aun así todo es tan diferente. Sigue con su vida, trabajando, los amigos, problemas... sonríe y finge ser feliz dando al mundo una imagen que no es. ¿Por qué? ni ella misma lo sabe. Creo que todo fue por aquel muchacho. Desde que se fue todo cambió, las alegrías son penas, antes una sonrisa y ahora un llanto... se está haciendo daño. Nadie imagina que pensamientos rondan por su cabecita y me da lástima verla así.Canta melodías que un sordo podría escuchar y un mudo cantaría, notas acompañadas por una letra que es pura poesía. La conocía de antes pero ha sido este verano cuando empezamos hablar un poco más.
Para mi era la mejor de todas. Siempre tenía algo con lo que te sacaba una pequeña sonrisa, me encantaba cuando me decía "quiero vivir eternamente para pasar mis días contigo". Me llenaban esas palabras, cuando me derrumbo una brisa me susurraba aquella frase y seguía adelante. Le debo tanto que mi vida no es suficiente. Pero hay algo que me impide demostrarle cuáles son mis verdaderos sentimientos. Llora por otro amor. ¿Qué novedad verdad? ¿Cuántas veces os ha pasado que la chica que quieres ver por las mañanas cuando te levantes se enamore de una persona y no eres tú?
Trabajábamos juntos, pero en lugares distintos. En los descansos venía a visitarme en cambio yo sólo fui una vez a verla. También conocí a Saúl, hablamos y nos hicimos buenos amigos. Desde aquel momento maldigo cuando se lo presenté. Encendieron una llama muy difícil de apagar. Sólo recordarlos los celos invaden mi cuerpo, no puedo soportar la presión que siento en mi pecho. Es tal el cariño que le tengo, sólo me conformo con verla radiante aunque tenga a otro en su mente.
No se puede luchar contra un amor que no te corresponde. Amaba a quien no debía amar y luchaba por conseguirlo pero el corazón de Saúl estaba ocupado. Su rostro empapado en lágrimas, cada una de sus gotas escribían el nombre de aquel muchacho, yo sólo le entregaba mi hombro.
El tiempo pasa. Se muestra tan natural, como si no le pasara nada. Su alma se desvanecía y pudría todo a su paso. Cada mirada, cada gesto, cada palabra, cada canción que escuchaba... tenía un significado y no entendía. ¿Realmente se quieren? Decía tener dudas pués el nunca le confirmó lo que sentía. De las ilusiones se vive y a la vez tienes que ser realista en estos temas. Puede que te quiera pero está con otra persona. Palabras envenenadas clavadas en lo más profundo y tan sinceras... tuve que decírselo.
"Razón tienes y tonta soy. Hasta las flores más bellas son de las que más daño hacen"
Llegó la hora. Saúl no iba a volver más. El mínimo recuerdo se queda en ella. Me siento tan egoísta. Sólo quiero sentir que sólo me ama a mí, poder besarle, regalarle una caricia, decirle al oido te quiero. No quiere y nadie sabe que sufre. No es la misma de antes. La melancolía ha invadido su ser, nada puede ocupar su lugar. "Ya no está. He perdido mi mundo". Se siente sola rodeada de todos los que están a su lado. Y en el mismo lugar, a la misma hora alza su mirada desea encontrarse con la suya, ya no hay nada...
Todos los días así, viendo como espera volver a verle, con ganas de abrazarle y en unos instantes sentirse suya.
¿Y yo? Soy el más idiota por no hablarlo, callarme como el más cobarde. Teniendo la impotencia de querer ayudarla pero... no... prefiero estar así, a perderla y no volverme más loco por ella.
Paso todos los días por donde está. Me regala una sonrisa, no la noto sincera. Nos miramos y el silencio manda. No sale de nuestras bocas ninguna palabra pero pienso, en qué piensa y piensa, qué estará pensando... Se confunde, ni ella se conoce, Desde lo del muchacho ha cambiado y nadie se ha dado cuenta de su tristeza. Un buen día, como otro cualquiera, estoy decidido a confesarle mi mayor secreto. La busco por todas partes pero... no la encuentro. Mis nervios a flor de piel, la angustia se apoderó de mí, la tranquilidad llena mí ser.
A lo lejos, una voz muy dulce y cristalina gritaba mi nombre. Corriendo voy a su encuentro desesperado, sin aliento. Veo al fondo una figura, vestido blanco tan hermoso, me dió fuerzas y ganas de llegar a su lado. Era la mujer que buscaba. Estaba pálida, con lágrimas en los ojos con un llanto que aún se me clava en mis oidos. "Nada tiene sentido ¿Por qué tengo que sufrir tanto? ¿Qué he hecho para estar así? Gracias por estar tú aquí".
En un abrazo nos fundimos, notaba como su calor prendía mi cuerpo y no tuve el valor para decirle lo que siento.
Otro día que pasa. Ves cómo la gente se divierte, cómo rien, cómo disfrutan de todo lo que tienen. Ves a la persona hundida, destruída sin poder cambiar nada de lo que ha pasado, volver atrás contarle desde el principio que la quieres, sólo poder estar con ella y vivir la vida que nos merecemos. Pero las cosas que pasan, pasan por algo y no se pueden cambiar. Se marchita la flor más bella de este inmenso jardín. Cada paso que da, es una paso menos en su vida, su aliento se va apagando, su mirada ya no deslumbra, se va ahogando en sus propias penas y se hunde en un mar lleno de desesperanzas.Lo que tenía que pasar... pasó. Una compañera me dio una carta, "tranquilo... ya nada puede ser peor, lo siento". No pude reaccionar, con rapidez abrí esa dichosa carta.

"Cada frase que se dice, sea o no sea, tiene un significado y a veces se confunden porque tu las crees debido a la persona que te las trasmite. Son tantas cosas que tengo ahora en mente... y ninguna se va hacer. Se dice mucho, demasiado diría yo, pero en verdad no dices ni haces nada al respecto. Que duro es vivir una vida intentando aparentar otra cosa, callarte lo que sientes y esperar...
No se lo que voy hacer, tengo tantas ganas de coger y besarte, abrazarte, amarte... te veo, no puedo contenerme ese gran deseo de estar contigo. En verdad no me encuentro bien. Estoy fatal de ánimos y todo, un quiero pero no puedo, algo raro que se funde en mí que no me deja respirar. Joder, siento una presión en mi pecho. ¿Qué coño me pasa? ¿Mi vida se apaga al igual que se gasta la tinta de este bolígrafo? Cuánto te necesito, te extraño, te quiero...
Pero es imposible, nada me sale bien, siempre meto la pata y no salgo de una cuando me meto en otra. Yo que sé, no se si es porque mi vida es así, porque no sé comprenderme, no sé lo que quiero... ¿Qué voy hacer de mí? ¿Qué quiero realmente? Se lo pregunto todos los días a no sé quien, nadie me escucha todos a su bola y a mí que me jodan.
Es lo que me toca, aguantar, callar y todo lo demás... no me queda otra alternativa. A quien lea esto, si alguien lo lee algún día, que no se extrañe de lo que cuento, de lo que diga, de lo que pone. Son mis más sinceros sentimientos que estoy harta de guardármelos. Ya no puedo más".

Esas palabras se repetían cada una de ellas en mi cabeza, todas atraviesan mi corazón dejándolo destrozado al igual se rompe una hoja de papel. Ahora todo se acabó. ¿Por qué he sido tan estúpido? Tirado en el suelo, desvanecido, con esta impotencia. Me quedo solo rodeado de todos los que me quieren... Cerrando los ojos, intento verla feliz. Con esa sonrisa que enamora hasta el mismo diablo y con muchas ganas de vivir. Ya no está aquí, dejando una huella imborrable, sigo esperándola por siempre. Ahora ¿Qué me queda? nada, todo lo que quería se me escapó. Han pasado más de quince años desde que se marchó de este mundo. Malditos quince años sólo con su recuerdo en mi memoria y todo por estar callado, por no confesarle de que aún la amo.
Otra vez, estoy aquí. En el mismo lugar, la misma hora, la misma gente... viendo en ellos a la chica que un día conocí y amé en silencio. Imagínate que la persona que quieres ver nada más que te levantes de la cama, esa persona que hace que los días sean eternos cuando no estás con ella, a esa persona que te levanta con un beso y te susurra un te quiero, imagínate que por no decir nada a esa persona se va... para siempre. Aún así todo parece igual y a la vez es tan diferente... ya no está, mi mundo se ha ido.

jueves, 22 de marzo de 2012

Un día como otro cualquiera

Este relato, ganó 1º premio en el XIII Certamen literario igualdad de género en Benalmádena.

1º Premio Relato de Igualdad de género
Una mañana más suena el despertador, se levanta y se dirige al baño. Levanta la mirada al espejo y se refleja su rostro cansado con ojeras pero con su mayor sonrisa.
Se prepara para ir a trabajar, antes prepara a sus hijos para que vayan al instituto. Los mira cómo van vistiéndose y con añoranza, se va inundando sus recuerdos de cuando eran más pequeñines. Se entristece al darse cuenta que van creciendo; sabiendo que ya no son sus pequeños pero aun así siente con orgullo el tener estos dos hijos tan maravillosos.

Va a la cocina y prepara el desayuno para la familia. Sentados en la mesa en armonía, se cuentan que van hacer durante todo el día. Sigue en su cara, esa gran sonrisa que le caracteriza. Espera a que se vayan, recoge la mesa y se prepara para salir a la calle a trabajar. Cierra la puerta con llave, levanta su cabeza bien alta y con tanto orgullo, anda por las calles de esta gran ciudad.

 Con ganas de ver a sus compañeros y contarles la última trastada de su niño el pequeño, que tiene ganas de marcha… pero tiene mucho trabajo todavía. Los vecinos saludan y sienten cómo se trasmite esa felicidad que les encantaría
tener, envidian ese amor que le dan por ser como es, aún así, saluda y les regala su sonrisa; su mejor arma para esas envidias.

 Llega a la oficina y se dirige a su mesa donde lo único que puedes ver son archivos y montañas de papeles, pero da igual. Se sienta en su silla y trabaja como nunca, dándolo todo y demostrando que puede hacerlo. Sus compañeros se fijan y murmuran a sus espaldas que lo hace por interés, para que le ascienda de puesto pero lo que no sabe, es que lo hace para demostrarse que puede llevarlo a cabo. Seguro que lo consigue porque es fuerte y tiene demasiada capacidad para realizar este trabajo como ningún otro compañero.
Su jefe también mira todo lo que hace y no piensa como los demás. Él ve más allá, ve que está realizando un trabajo extraordinario y que se orgullece de su persona porque hay pocas quiénes hagan ni el más mínimo esfuerzo de  lo que se trabaja. Si le comenta algo negativo de su trabajo, se lo toma bien porque es una manera de mejorar y de hacer un trabajo exitoso; por eso, está muy contento el jefe.

 Es lo único que le importa puesto que algunos de sus compañeros no soportan ese trato especial, pero se lo merece por su esfuerzo, su capacidad de lucha y su constancia.

 Llega la hora de la comida y se acerca al bar para ir a comer. Le rodea tanta gente que mira a su alrededor en busca de su mejor amiga. Ahí está, se acerca a ella le planta dos besos en sus mejillas rojizas y la abraza muy fuerte. Se sientan en la  mesa y su amiga le pregunta:  ̶ ¿Qué tal el día? ̶ le contestó,  ̶ Tú ya sabes, siempre la misma historia, mucho trabajo y poco dinero. Necesito unas vacaciones o algo porque no puedo seguir este ritmo.

La amiga se empezó a reír y le comentó que no se quejara tanto, y que se alegrase por el trabajo que tiene ya que hay mucha gente en paro. El camarero le da una carta con el menú del día. Hoy solo le apetece una ensalada, tiene que volver al trabajo en menos de media hora. Paga la comida y se despide de su amiga.

 Rápidamente volvió a su despacho, suspiró con alivio porque le faltaba el aire. Esta vez la mesa estaba más despejada que esta mañana y cada vez, le queda menos trabajo aun así, sigue con esa constancia y su esfuerzo. Miraba cada dos por tres ese reloj de la pared, eran las 17.55 p.m. y esos cinco minutos que le quedan para salir del trabajo, se le hacían eternos ya que desea encontrarse con los suyos.

Se acerca un compañero y le comunica que puede marcharse y continuar mañana con el trabajo puesto que necesita un descanso. Recogió los papeles de la mesa colocándolos en su maletín para luego seguir con el resto en casa. Guardó todos los documentos en sus archivos, los ordenó para que supiese donde están cada uno y no tener todo revuelto como esta mañana. Al instante, apaga el ordenador y besa con fuerza una fotografía.

 Algunos se van para sus casas, otros seguirán en las oficinas mientras la mayoría se irán de fiesta. Se dirige a casa para coger el coche e ir a recoger a sus dos criaturas.
Va directo a recoger a su mayor, está en baloncesto y hoy tenía clases. Llega al instituto y su niño al verle se siente feliz. Se sentaron en los asiento delantero, se miraron y sonrieron mutuamente.
  ̶  ¿Qué has hecho hoy cariño? ¿Qué tal las clases?  ̶ Le preguntó.
̶  Pues me lo he pasado genial. Me han enseñado a manejar las páginas web y en baloncesto he entrenado mucho y estoy cansado, pero no te preocupes, estoy muy bien.

Ahora van a recoger al pequeño que se encuentra en clases de kárate. Está sentado en uno de los escalones con la cabeza cabizbaja, se acerca a él y le pregunta;   ̶  Nene, ¿Qué te ha pasado? y él le contestó:  ̶  nada, solo estaba esperando.
 Alza la mirada, se levanta y se funden en un gran abrazo tan fuerte que… ¡casi le rompe algo! Se coloca en el asiento trasero, su hermano mayor le saluda y se van para la casa.

En el coche, antes de llegar a su dulce hogar se oyen conversaciones cómplices. Cada uno con sus tema, sus secretos… y para que nadie se entere, se los guarda como el mayor de los tesoros de cualquier pirata. Risas, cachondeo y sobre todo muchísima felicidad se respiraba en el ambiente porque sabe que los tiene ahí; lo más grande que ha podido tener, sus hijos.

 Llegan a casa y los chicos se dirigen a sus cuartos para terminar las tareas. Mientras, deja el maletín encima de la mesa del comedor y va a la cocina a por algo de merienda. Les prepara unos bocadillos y se lo sube a sus habitaciones, entra en la del chico para darle su bocata.
 ̶  ¿Necesita ayuda?  ̶ le preguntó.
 ̶  No hace falta, estos ejercicios son muy fáciles.
 Le da una palmadita en la espalda y le deja que siga con sus tareas y se dirige al mayor:
 ̶  ¿Sigues sin entender ese problema?
 ̶   No, ya sé cómo es. Me lo explicó hoy la maestra.  ̶ le contesto el mayor.

 Bajó al salón, cogió el maletín y sacó lo poco que le quedaba para terminar su trabajo mientras se tomaba su taza de café bien cargado. Se le notaba el cansancio, bostezó de vez en cuando, pero nunca deja de lado sus obligaciones. Sique al pié del cañón.

 Alzó la mirada a su ventana y vio cómo iba anocheciendo, vio cómo oscurece a lo lejos esos rascacielos y cómo el cielo azul poco a poco se vistió de negro…
Es hora de preparar la cena, le preguntó a los niños si tienen ganas de cenar pero… se lo piensa mejor y le prepara una pequeña sorpresa.
 Les encantan las pizzas y ni se imaginaron que les preparó pizzas artesanas ¡Y le salen de muerte!
 Preparó la masa, puso el horno a calentar y su música en la radio que no le falte nunca  para poder cocinar muchísimo mejor. Al rato, metió la primera pizza para que se fuera haciendo. Un olor tan rico se expandió por toda la cocina hasta llegar a las habitaciones. Un estruendo grande se escuchó. Eran los chavales bajando las escaleras como locos para saber lo que le estaban preparando.
  ̶ ¡Pizzas! ̶  gritaron los dos a la vez.
 No paró de sonreír y de sentirse tan bien, tan feliz que ni se acordaba que hace un rato bostezó de cansancio.

 Sentados en la mesa, comiendo esas pizzas tan buenas, hablaban de sus cosas como cualquier familia unida. Batallitas que se contaban y alguna que otra mentirijilla que se descubrió…  Pero no discutieron, hablaron de algunas cosas que pasaron y todos esos problemas se arreglaron.

 Terminó la cena y le tocó al mayor fregar los cacharros, por las noches se turnaban el trabajo ya que todos tenían que colaborar en casa. Al terminar se dirigieron a sus habitaciones, le dieron un beso en las mejillas tan fuerte que a veces que le hicieron daño pero eso no le importó.

Más tarde es cuando se sentó en el sofá, se relajó y se tomó su tiempo. Leyó ese libro que tanto le gustaba antes de acostarse intentando despejar la mente para que mañana fuese otro día mejor. Cerró las páginas del libro como se cierran todas las noches y los días que pasan; haciendo de nuestros días un gran capítulo de nuestro mayor libro que es la vida.
 Descansó en su cama cerró sus ojos cansados y… durmió.

Es una historia como otra cualquiera, pero…  ¿si os digo que el protagonista es un hombre? Ahora, ¿qué pensáis?
Hay miles de mujeres en esta situación, tantas que cuando hablan de estas tareas ponemos en situación a una mujer puesto que el hombre supuestamente nunca se encarga del hogar.
 Desgraciadamente, todavía se dan casos pero cada vez menos. Lo que pretendo transmitir con esta historia es que da igual el contexto que tenga, sino, más bien la poca importancia del que el protagonista sea hombre o mujer.
 Todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y con el apoyo de todos podemos conseguirlo. Igualdad de género.

Fin


Solo me queda morir, todo ya está acabado.
Mi alma es la que quiere salir, yo me he abandonado...
Cualquier cosa es más importante que lo que pueda sentir. Ojalá el mundo no existiera y así nunca te hubiera conocido.
Sería lo mejor, porque cada vez esta cruz se hace más pesada y por mucho que mi corazón luche contra mi razón, cada puñalada duele aún más. Heridas profundas que tampoco cicatrizan del todo, y es entonces cuando ya me desangro.
Dejo que la muerte me lleve hasta su abismo que desde allí sé que nunca volveré a verte y volveré a ser feliz.